A CEL OBERT
GANADORES 1r PREMIO CONCURSO PÚBLICO
PROYECTO DE ARQUITECTURA EFÍMERA
C/Martí d’Ardenya nº6 – 43001 – Tarragona
Pretende modificar la visión espacial del patio del Palacio Episcopal de Tortosa, y que el visitante sea partícipe.
Con la voluntad de no colonizar este espacio de una forma masiva, unos prismas de líneas de colores, conectan la circulación peatonal de los visitantes con el cielo abierto de la ciudad de Tortosa, y adaptándose a la composición del pavimento actual, crean una trama de volúmenes dentro del patio.
Quedan suspendidos desde la parte superior de la galería, y se apoyan en el suelo con unas bases cuadradas de madera. Así, ambos extremos quedan unidos por estos hilos de colores.
De esta manera, se intenta que el visitante pase a ser un usuario de esta intervención, y a parte de verlo desde el exterior, interactúe y entre dentro de estos prismas para obtener un nuevo punto de vista del cielo.
Cuando cae el sol, SKY-LINES se transforma y pasa a ser un foco de luz. Una de las cuatro caras de cada prisma toma vida y se ilumina reflejando los colores que las rodean. Pasa a ser una intervención cambiante, donde su percepción dependerá del momento del día en que el visitante la observe.
De día, los colores serán presentes por si mismos, y al entrar, estas líneas delimitarán la visión del cielo, pero de noche, pasará a ser un amalgama de colores que iluminaran el entorno del patio del Palacio Episcopal, y cuando el usuario entre dentro de los primas, entrará dentro de este nuevo mundo de luces y colores.
Pretende modificar la visión espacial del patio del Palacio Episcopal de Tortosa, y que el visitante sea partícipe.
Con la voluntad de no colonizar este espacio de una forma masiva, unos prismas de líneas de colores, conectan la circulación peatonal de los visitantes con el cielo abierto de la ciudad de Tortosa, y adaptándose a la composición del pavimento actual, crean una trama de volúmenes dentro del patio.
Quedan suspendidos desde la parte superior de la galería, y se apoyan en el suelo con unas bases cuadradas de madera. Así, ambos extremos quedan unidos por estos hilos de colores.
De esta manera, se intenta que el visitante pase a ser un usuario de esta intervención, y a parte de verlo desde el exterior, interactúe y entre dentro de estos prismas para obtener un nuevo punto de vista del cielo.
Cuando cae el sol, SKY-LINES se transforma y pasa a ser un foco de luz. Una de las cuatro caras de cada prisma toma vida y se ilumina reflejando los colores que las rodean. Pasa a ser una intervención cambiante, donde su percepción dependerá del momento del día en que el visitante la observe.
De día, los colores serán presentes por si mismos, y al entrar, estas líneas delimitarán la visión del cielo, pero de noche, pasará a ser un amalgama de colores que iluminaran el entorno del patio del Palacio Episcopal, y cuando el usuario entre dentro de los primas, entrará dentro de este nuevo mundo de luces y colores.